sábado, 30 de mayo de 2009


EL TERREMOTO DE 1884


Eran las fiestas de Navidad del año 1884. El día 25 de Diciembre, cuando faltaban diez minutos para las nueve de la noche, el suelo explotó en Periana y los perianenses, desquiciados por el impresionante estruendo y por el enorme temblor de tierra, se tiraron a la calle y andaban sonámbulos de un lado para otro sin atinar en donde refugiarse, esquivando ser tragados por las grietas que se abrían en las calles y eludiendo ser enterrados vivos por los muros de las casas que se desplomaban.
La hora indicada es la dada por algunos autores. No obstante, un equipo de geógrafos dice:

Uno de los grandes sismos que asolaron España en el pasado fue el llamado “Terremoto de Andalucía”, ocurrido aproximadamente a las 21:08 horas, referidas al meridiano de Greenwich, del día 25 de diciembre de 1884.

El terremoto tuvo dos réplicas en las horas siguientes; lo que terminó de enloquecer a aquella pobre gente. Corrían, corrían y no sabían a donde. Tanto corrían que muchos llegaron corriendo a Riogordo y a Colmenar. Esto es lo que dice el señor alcalde de la villa, Don José Zorrilla Toledo, en el informe que envía al Excmo. Sr. Gobernador Civil de Málaga.

la mayor parte de estos vecinos habían abandonado sus domicilios, refugiándose en los inmediatos pueblos de Colmenar y Riogordo.

No pudieron huir a los pueblos limítrofes de Alfarnate y Zafarraya porque los caminos que unían éstos con Periana habían quedado cortados. La parte de la sierra fue una de las más afectadas a causa de los grandes hundimientos y desprendimientos de tierra y rocas. Sobresalen los ocurridos en las sierras de Enmedio y de Marchamona, junto con el cerro del Encinar. En un estudio del Instituto Geográfico Nacional se dice:

Cabe destacar el hundimiento de más de dos metros de profundidad que afectó a una franja de casi cuatro kilómetros de longitud por 10 a 35 metros de anchura y que discurría desde el puerto del Sol hasta una zona situada un kilómetro al norte del cortijo de El Batán, pasando por los cortijos de Guaro, Zapata, El Batán y La Cueva. Este hundimiento provocó la destrucción completa de la aldea de Guaro y la aparición en el cortijo de El Batán de una grieta de más de metro y medio de anchura; en cambio, el cortijo de Zapata permaneció intacto, pese a su proximidad al hundimiento
.

Para hacernos una idea de lo que fue el terremoto en esta zona de Periana copiamos de un suplemento del diario Sur publicado en el centenario de los hechos:

El cortijo de Guaro, situado entre el Boquete de Zafarraya y Periana, quedó sepultado, intacto, varios metros. A las personas que lo habitaban les dio tiempo de salir y ponerse a salvo. Al ser excavado el terreno, pudo comprobarse que la cortijada había quedado íntegra, sólo que unos metros más abajo de su emplazamiento.

Por el contrario, la fuente y una era, donde las mozas y mozos de Guaro bailaban los típicos verdiales navideños, fueron tragadas por la tierra y se convirtieron en una laguna de 1.800 metros cuadrados. Sólo bastaron unos segundos para que la paz y la dicha de un pueblo que disfrutaba de sus fiestas de Navidad se convirtieran en tragedia y desolación. Con la era no sólo desaparecieron los vestigios de la antigua alquería mora de Guaro, sino, lo que es más triste, murieron siete de sus habitantes.
Otras veces estos movimientos produjeron enormes grietas en el terreno, como la de Marchamona o la que salía de las afueras del casco urbano y terminaba en lo alto del Puerto del Sol, en el límite con Alfarnate.
También fueron numerosos los arrastres de tierras, arrastres que trasladaron los árboles de algunas fincas a las de los vecinos.
Al día siguiente, ya con la claridad del amanecer, pudieron empezar a hacer recuento de los destrozos que se habían producido. El resultado no pudo ser más desalentador: contaron cuarenta muertos y dieciocho heridos graves y trescientas siete casas hundidas, según el informe del gobernador civil; el informe del ingeniero D. Domingo de Orueta, que acompañó al Rey en su visita a Periana, fue mucho más aterrador: eleva los muertos a cincuenta y ocho y los heridos a ciento sesenta y tres. Esta diferencia de cifras tiene una explicación bien sencilla: el informe del gobernador se confeccionó en los primeros días, el del Sr. Orueta se hizo tres semanas después de ocurrido el terremoto y, por tanto, con más tiempo, no sólo para perfeccionar el recuento, sino también para que bastantes de los heridos pasasen a engrosar la lista de los fallecidos. Pasados los días supieron los perianenses que habían logrado el palmarés de la desgracia en la provincia de Málaga. En los otros pueblos malagueños de la comarca que tuvieron muertos -Vélez, Alcaucín y Canillas de Aceituno - pudieron anotarlos con un número de un solo dígito. En un censo de 4.060 habitantes, que son los que tenia Periana aquel año, cincuenta y ocho muertos son muchos muertos; no quedaría familia sin tener a quien llorar.
A la pena de verse sin los suyos hay que añadir la ruina económica de encontrarse de la noche a la mañana sin casa donde refugiarse: de las 506 viviendas que formaban el núcleo urbano de la villa y de las 191 diseminadas por sus campos fueron destruidas totalmente según el informe ya citado, 158 y sufrieron graves daños otras 146. Es decir, casi la mitad del pueblo quedó inhabitable. También fueron convertidos en escombros la iglesia, el ayuntamiento y el cuartel de la guardia civil, edificios que se encontraban en la plaza de la Constitución.
En toda la zona de influencia del sismo se produjeron unas 800 víctimas mortales y 1.500 heridos. Las casas destruidas fueron 4.400 y las dañadas unas 13.000.
La falta de ayuda inmediata, debida principalmente a la carencia de vías de comunicación, provocó la muerte evitable de muchas personas, que tuvieron que hacer frente a todo sin vivienda, sin ropa, sin comida y sin medicinas. Lo único que contuvo la escalada de muertes fue la entrega generosa de los pocos que quedaron indemnes y de los pueblos vecinos, que acogieron a familiares y conocidos.
La autoridades municipales de Periana parece que habían quedado zombis: hasta el día 28 no empezaron a reaccionar. Este día el Ayuntamiento celebró un pleno en el que se acordó

la conveniencia de que se nombrara una comisión de la corporación que pasase a la capital y exponer verbalmente al Gobierno la aflictiva situación de estos vecinos, con el fin de que implorasen del Gobierno remitiese algunos auxilios para atender siquiera a las primeras necesidades, así como proveyese de albergue a muchos que carecen de él, pasando la vida a la intemperie y sufriendo las inclemencias del tiempo.

Cuando hablamos de pasar la vida a la intemperie hablamos de finales del mes de Diciembre y de un pueblo donde, a continuación del terremoto, se produjo la nevada mayor conocida en la historia de aquella zona.
No sólo la gente pobre carecía de lugar donde refugiarse; tampoco lo tenían los insignes miembros de la corporación municipal. En el acta de cabildo del día 28 se lee:

..... reunidos los Sres. del Ayuntamiento de la misma que se anotan al margen, en sesión ordinaria y en el sitio de la plaza, por no poder celebrar sesión en la casa capitular por hallarse derrumbadas en parte y en estado ruinoso las demás habitaciones que la componen

Hasta el día 29 de diciembre no se tuvo noticias de la catástrofe a nivel nacional. Fue Don Luís Seco de Lucena, director del periódico granadino El Defensor de Granada el que se dirigió a la nación, informándole de la desgracia y solicitando ayuda con la mayor urgencia. En Madrid no se lo creen; interpretan el clamor desesperado del vocero de los pueblos granadinos y malagueños como una exageración andaluza. Hasta el día 8, en que los corresponsales de distintos medios nacionales confirmaban las noticias de su colega de Granada, no empezaron a tener conciencia clara de lo ocurrido.
La reacción de las autoridades locales a que hemos aludido no debió ser muy grande, porque de otra forma no se explica que en el siguiente pleno del Ayuntamiento, que se celebró el día 4 de Enero, también en la plaza, a la intemperie, no se tratase más asunto que el siguiente:

El Sr. Presidente dio cuenta a la corporación de que por el guarda de campo José Aranda García le había sido presentada la dimisión de dicho destino ... y el Sr. Presidente dio por terminada la sesión, firmando los Sres. que saben de los concurrentes.

Como curiosidad diremos que firmó el señor alcalde y siete concejales de los ocho que asistieron; no supo firmar el edil Don José Molina.
El día 11 de Enero el Gobernador Civil de la provincia responde a la comisión municipal que le visitó enviando un delegado, Don Francisco de Palma Romero,

para instruir expediente sumarísimo en que se haga constar todos los daños sufridos a consecuencia de los recientes terremotos.

Seis días después, el 17, el alcalde ordena se publique "la noticia de que en el dia de mañana, y a las diez de ella, vendrá S. M. el Rey a visitar este pueblo". Alfonso XII, a pesar de que ya tenía en estado avanzado la enfermedad que le llevó a la muerte, decidió compartir la desgracia con los granadinos y malagueños. Quizás esta valiente decisión adelantó el final de su vida: fue un viaje muy duro, con unas condiciones climatológicas extremas y con unos caminos que muchas veces hasta le impedían el uso de cualquier clase de vehículo.
Vamos a detenernos un poco recordando algunos hechos y anécdotas de esta visita. Para ello tomamos los datos facilitados por un testigo presencial, por un miembro de la comitiva real. Se trata de D. Narciso Díaz de Escobar, que acompañaba al rey en su función de corresponsal del Diario Mercantil. Hay en su archivo un manuscrito de doce cuartillas, que parecen el borrador de un artículo periodístico, en el que nos detalla pormenorizadamente lo más destacado de aquel viaje. Lo titula “El Rey Alfonso XII en Periana”. Dedica su trabajo a D. Enrique Casamayor, pero parece ser que cambió de opinión; tacha este nombre y escribe el de D. José María Villasclaras. Nos dice que

... el 16 de Enero llegó a Málaga, donde sólo permaneció un día, pasando después a Torre del Mar. En el Ingenio de los Sres. Larios prepararon éstos, con esplendor notable, pabellón para S. M., los Ministros y demás personas que acompañaban al Rey.

Relaciona a continuación las principales personalidades del séquito y los corresponsales de prensa que cubrían el viaje. Son los siguientes:

Personalidades: El Conde de Sepúlveda, el Ministro de la Guerra General Quesada, el de la Gobernación Sr. Romero Robledo, el Dr. D. Laureano García Camisón, médico de D. Alfonso, el General Blanco, el Brigadier Correa, el Diputado a. Cortes Sr. Alarcón Luján, el Senador Marqués de Iznate, el Gobernador Civil D. Salvador Solier, los Diputados Provinciales Sres. Sell y Guzmán, Mérida Díaz, Guerrero Pérez y López Palacios, el Jefe de la Guardia Civil de la Provincia, los Ingenieros Sres. Vasconi y Pérez, el Oficial 1º del Gobierno D. Eugenio Carreras y los Sres. D. Tomás Heredia, D. Juan Blasco, el sabio D. Domingo Orueta y el pintor eminente Moreno Carbonero.

Periodistas: Mr. Thompson, del The Times; Mr. Gautier, de La France; Mr. Vidal, de Gil Blas; Vizconde de Cleverie, de Le Figaro; el simpático Quijana, de El Imparcial; Romero Molina, de La Correspondencia de España; Cárdenas, de La Época; Miralles, de El Correo; el dibujante Camilo, de La Ilustración Española y Americana; Díaz de Escobar (J), de La Gaceta Universal; Eloy Rojas Relosillas, de El Correo de Andalucía; el joven Cobos, de La Lealtad de Granada y Narciso Díaz de Escobar, de Diario Mercantil.
El día 18, a las cinco de la mañana, cuando aún no habían descansado del duro viaje del día anterior, las cornetas de la Guardia Civil tocan a diana. Después de un chocolate caliente servido en el comedor y de una misa de campaña celebrada por el párroco de Torre del Mar, Don Enrique Gutiérrez, a las claras del día, la comitiva emprende la marcha por la carretera de Torre del Mar a Vélez-Málaga. El rey se había acomodado en el landó del marqués de Iznate, acompañado por los señores Quesada, Romero Robledo y Dr. Camisón; en el asiento del pescante iba el Sr. Viana-Cárdenas. Los demás miembros de la comitiva se repartieron entre los carruajes, ómnibus y familiares, puestos a su disposición.
Al llegar a Vélez ya recibieron el primer impacto desagradable de los desastres del terremoto:

El Paseo Viejo presentaba doloroso aspecto. Los vecinos de Vélez, centenares de personas, se confundían bajo una especial barraca mal concluida y cubierta por lienzos. Hasta un convento de monjas se había trasladado allí, con su abadesa y todo.
En algunas barracas había hosterías, tiendas de ultramarinos, panaderías y hasta una taberna, situada frente a ruinas de casas destruidas por el terremoto, la cual ostentaba sobre su puerta un letrero que decía Bellavista. ¡Terrible sarcasmo ante aquel cuadro de desolación!.

Pasan Vélez y llegan al bar Rubite, término de la primera etapa. Suponemos que el nombre de esta venta se debe al hecho de encontrarse junto al puente del río Rubite. La segunda etapa ha de hacerse por malos caminos y a caballo.

Don Alfonso montó un animal de hermosa estampa, propio, si mal no recordamos, del Diputado por Archidona D. Miguel Sánchez-Lafuente. Había algunos otros caballos de particulares y el resto pertenecía al cuerpo de carabineros.

Al poco de salir empezaron los incidentes: “El anciano Conde de Sepúlveda fue arrojado por el caballo”. La misma suerte corrieron el ingeniero francés Vizconde de Cleverie y el periodista Romero Molina. Éstos se quedaron sin conocer Periana: volvieron al campamento acompñados por el Gobernador Civil.
Hacia el mediodía llegan a Periana. Cedemos la palabra al Sr. Díaz de Escobar para que nos describa de primera mano la situación de la Puebla a los veinticuatro días del terremoto:

... un cuarto de hora después entrábamos en sus calles, que eran calles de ruinas. Aquellos harapientos vecinos mezclaban a sus aclamaciones el lamento y la petición. Vivían a la intemperie, sin socorro alguno. La iglesia estaba destruida y su campanario en el suelo. De algunas fincas no quedaba en pie ni una sola pared. Los muertos habían sido muchos y sus deudos, llorando amargamente, se arrodillaban ante D. Alfonso, que los atendía con cariño, socorriéndolos con esplendidez.
En improvisado hospital existían cuarenta y dos enfermos graves, pues los menos graves no habían podido tener ingreso. El Rey mandó se trasladaran aquella tarde a la tienda levantada por la Diputación Provincial para verificar el almuerzo.
Don Alfonso habló, uno por uno, con todos los heridos y les iba entregando 75 pesetas. Además llamó al cura y al alcalde y les entregó importantes donativos.
Una mujer refirió al Rey los esfuerzos y heroicidades que en la fatal noche del 25 de Diciembre realizó el alférez de la Guardia Civil D. Manuel Martínez Reina. Le invitó el Rey a que se acercara y, al felicitarle, le otorgó el empleo de teniente de ejército. Este modesto oficial se expresó quitando mérito a sus actos y elogiando al capitán D. Eduardo Marín y a los guardias a sus órdenes. Los vecinos que le oyeron repitieron que el capitán y todos los guardias se portaron admirablemente, pero que el verdadero héroe fue el alférez Martínez Reina.
Entró el Rey a la tienda destinada al almuerzo, probó algunos manjares y, cuando aún varias de las personas de la comitiva no habían llegado a sentarse, el Monarca reparó en los grupos de mujeres y niños que con cara de hambre se acercaban a las verjas azules y blancas de la tienda, envidiando a los que iban a almorzar, con ojos llenos de codicia. D. Alfonso se puso en pie [falta una línea en el manuscrito] con acento, al parecer conmovido, exclamó:
“No es justo, señores, que nosotros almorcemos tan opíparamente mientras algunos de esos infelices acaso no tengan pan que llevarse a la boca”.
Y, sin vacilaciones, dio orden para que todo el almuerzo se distribuyera a los pobres. ¡Cuántos vivas, cuánta alegría, cuántas bendiciones respondieron a este acto generoso!
La mayor parte de los expedicionarios se quedaron con un hambre terrible, pero todos, absolutamente todos, elogiaron el rasgo de caridad del Monarca.
El regreso no ofreció accidente alguno. Al llegar a el campamento varias personas esperaban al Rey para hacerle peticiones. Todos fueron atendidos.
Entre ellas llamaba la atención una hermosa joven con hábito de carmelita. Contó al Rey que años pasados iba a profesar en el convento del Carmen de Vélez, teniendo por dote una viña, pero la filoxera le destruyó ésta por completo. Entonces una persona le cedió una casa para que sobre ella radicase el expresado dote, mas la triste noche de Navidad la casa se trocó en montón de ruinas. La joven, que no tenía familia alguna, lloraba desconsoladamente y el Rey la consoló ofreciéndole auxilios para levantar la finca destruida.

Así termina el escrito de Don Narciso. Creemos que es suficiente para conocer la visita del rey a Periana y hacernos una idea más acertada de las consecuencias de aquel inolvidable terremoto.
El viaje del rey a los pueblos afectados mereció del corresponsal del diario The Times el siguiente colofón a su crónica:

Ningún espléndido festival habría impresionado tan profundamente el corazón del pueblo como la voluntaria asociación del monarca a sus tribulaciones. Su nombre ha sido consagrado en el devastado cuadrilátero de Granada, Málaga, Antequera y Motril,

Ni siquiera esta visita sirvió de acicate para despertar a las autoridades municipales. Veamos el comentario que mereció en el pleno celebrado aquel mismo día, dos horas después de la marcha de Alfonso XII:

El Sr. Presidente hizo presente la inmensa satisfacción que había tenido del recibimiento que por la corporación y todo el vecindario se había hecho a S. M. el Rey en su visita a este pueblo, quedando todos los habitantes muy complacidos de los favores que el Monarca ha dispensado a este afligido pueblo. Acto seguido el Sr. Presidente dio cuenta a la corporación de una instancia presentada por los rematantes del arbitrio municipal de pesas y medidas.

La visita del rey mereció siete líneas del acta de la sesión; la solicitud de Bernardo Morales García y Eusebio Larrubia Raya, sesenta.
Llevamos casi un mes y las autoridades del pueblo no responden a tanta desgracia. Parece como si, a consecuencia de la misma, hubiesen perdido el sentido de la realidad.. Veamos otra muestra: el pleno siguiente del Ayuntamiento se celebró el día 25 de Enero. El único asunto a tratar que tenían fue la dimisión del escribiente temporero Don José Portillo Cruz y la designación de un sustituto.
Se nombra, con el mismo carácter del que ha cesado en este día, a Don Salvador Mata Téllez, quien reúne las condiciones de idoneidad que dicho destino requiere, con el sueldo diario de dos pesetas cincuenta céntimos.

Aunque las autoridades municipales de Periana no reaccionan debidamente ante la catástrofe, no por eso dejan de ser seres vivos y sentir frío en los plenos celebrados en la plaza. Por eso, el alcalde, D. José Zorrilla Toledo, el día 1 de Febrero, propone a sus concejales solucionar el problema de la manera siguiente:

En la villa de Periana, a primero de Febrero de mil ochocientos ochenta y cinco, reunidos en la Plaza de la Constitución los Sres. del Ayuntamiento cuyos nombres figuran al margen, en sesión ordinaria, bajo la presidencia del Sr. Alcalde D. José Zorrilla Toledo, el que declaró abierta la sesión, dando principio con lectura del acta anterior, la que quedó aprobada. El Sr. Presidente expresó a la corporación la imperiosa necesidad de que se hiciese un barracón de madera con destino a Salón Capitular y Secretaría de este Ayuntamiento, con condiciones de capacidad y buena construcción, para colocar en él la oficina y el archivo municipal, que se encuentra en muy mal estado por haber tenido que sacar de entre los escombros muchos de los documentos que lo constituían. El Concejal D. Rafael Núñez Barroso hizo presente que, teniendo un corral en su misma casa de bastante extensión, lo ponía a disposición de la corporación para que, si acordaba construir el barracón, que él consideraba muy necesario, lo utilizase con dicho fin, hasta tanto se pudiese reconstruir la casa capitular. Informados los Sres. concurrentes y vista la imperiosa necesidad de lo expuesto por el Sr. Presidente, acordaron por unanimidad de votos aprobar el pensamiento y que, sin dejar transcurrir más tiempo, se proceda sin dilación a la construcción del referido barracón

Vamos a confeccionar un pequeño índice con los asuntos tratados en las sesiones de la corporación municipal hasta la finalización de primer trimestre. Al terminar de leerlo sólo podremos sacar una conclusión: el alcalde y concejales de Periana en estas fechas o eran unos incompetentes o eran unos indeseables.
Sesión del día 8 de febrero.- El asunto único del día fue la solicitud y concesión de un permiso al secretario “con el propósito de transportar a su familia a Extremadura, por carecer de habitación en este pueblo”.
Sesión del día 15 de febrero.- Asunto único también: ”El Sr. Presidente manifestó a la corporación el abandono en que se encontraban los campos por no poder atender a la guardería rural los dos guardas que están nombrados”.
Sesión del día 22 de febrero.- Asunto único: “acto seguido el Sr. Presidente dio cuenta a la corporación que el Secretario D. Emilio de San Martín había vuelto de su viaje”.
Sesión del día 1 de marzo.- Continúan los asuntos únicos: “el Sr. cura Párroco de esta villa había acudido a la Alcaldía con el propósito de que se le facilitara un local a propósito para poder celebrar misa y tener conservadas las efigies, que aún se encuentran en varias casas particulares, por haberse derrumbado la única iglesia que existe en este pueblo”.
Sesión del día 8 de marzo.- En este día ya se trató algo relacionado con la desgracia que sufría el pueblo, pero no fue por iniciativa de los representantes de los vecinos de Periana; fue la lectura de una orden del Gobernador Civil en la que les da un plazo de diez día para que le remitan un informe detallado “de los perjuicios que los vecinos de ésta han sufrido por consecuencia de los terremotos”.
Sesión del día 22 de marzo.- Por lo visto, el secretario no se encuentra a gusto sin su familia y solicita un mes de permiso “para trasladarse a Extremadura a restablecerse de su quebrantada salud”.
Sesión del día 29 de marzo.- También para comunicar una orden superior; esta vez una circular del Boletín Oficial nº 42 “por la que se ordena la renovación total de la Junta Pericial para el Reparto de la Contribución Territorial”, cosa que se contradice con los beneficios fiscales concedidos por el Gobierno y que más adelante comentaremos.
Éstos fueron los resultados:

Peritos que cesan: Manuel Martín Larrubia, Manuel Porras Arrebola, Francisco Nacle Muñoz, Manuel Carrera Caro, Manuel Barroso Frías, José Silva Gutiérrez, Miguel Díaz Morales, Juan Bolaños Moreno y José Zorrilla Cañizares.

Peritos elegidos por el Ayuntamiento, indicando la contribución en pesetas que paga cada uno:
Manuel Núñez García (783), José Jiménez Ocón (286), José Rodríguez Reina (175), Antonio Godoy Mayorga (131) y Salvador Frías Fernández (98).

Propuestas en ternas para la Admón.:
Terna 1ª.- Celedonio Alba Pascual (478), Diego Chica Fernández (466) y Diego Jaime Moreno (270).
Terna 2ª.- José Zorrilla Núñez (123), Salvador Lagos Zapata (124) y Antonio Muñoz Frías (123).
Terna 3ª.- Antonio Zorrilla Toledo (105), José Mostazo Chica (117) y Antonio Báez Morales (70).
Terna 4ª.- Julián Jaime Moreno (69), Eduardo Frías Larrubia (45) y Francisco Lagos Muñoz (36).
Terna 5ª.- Manuel Chica Ruiz (63). Los otros dos nombres no se pueden leer en el documento.
Terna 6ª.- Alonso Larrubia Sánchez (117), Alonso Larrubia Conejo (39) y Vicente Vázquez González (9).

Menos mal que el Gobierno de la nación fue más sensible que el de Periana y el día 2 de enero de 1885 publica un Real Decreto, que quedó reforzado con las leyes de 7 de enero y 14 de junio del mismo año.
Veamos algunas de las medidas tomadas:

- Real Decreto del día 2 de enero de 1885 por el que se ordena la creación de juntas provinciales de auxilios.
- En la misma fecha se otorgan otros beneficios a los pueblos de Granada y Málaga, como suspender la cobranza de los impuestos,
- Remitir a las Diputaciones respectivas 90.000 pesetas.
- El día 7 del mismo mes se nombró una comisión encargada de estudiar los movimientos subterráneos.

También se acordaron de tantas víctimas los literatos y pintores de España y Portugal. Para colaborar en la colecta publicaron un folleto de treinta y una páginas con maravillosas obras.
Tampoco fueron insensibles a tamaña desgracia los países extranjeros. Todo el mundo reaccionó de forma diferente a la de las autoridades perianenses: cuando se conoció la noticia empezaron a enviar ayudas económicas y materiales desde todos los continentes.
A repartir entre los pueblos afectados de Granada y Málaga se recibieron unos seis millones y medio de pesetas, de los que casi la mitad eran del extranjero. Las provincias españolas aportaron 3.449.191,30 pesetas y los diferentes países extranjeros aportaron 3.006.794,46 pesetas. Lo que nos da un total de 6.455.985,85 pesetas.
Adjuntamos sendas relaciones detalladas, por provincias, de los donativos recibidos desde España y, por países, de los recibidos desde el extranjero.
También presentamos un mapa en el que se señalan los diferentes pueblos y ciudades que recibieron subvenciones.
Para administrar estos fondos se nombró una Comisaría Regia en Abril de 1885, de la que fue nombrado comisario Don Fermín de Lasala y Collado, duque de Mandas. Se disolvió la misma en Diciembre del año 1887, una vez cumplido su cometido. De los treinta y un pueblos de la provincia de Málaga que recibieron ayuda Periana, por desgracia, aparece en cabeza.
De la reconstrucción de Periana se encargó directamente la Comisaría Regia, que construyó de nueva planta veintiuna viviendas en el Carrascal; en La Lomilleja se construyó un nuevo barrio, con cincuenta viviendas, dos escuelas y una iglesia. Las viviendas fueron entregadas en Junio de 1887. La construcción de la Iglesia y de las escuelas, cuyo proyecto se debe al arquitecto madrileño Don Eduardo de Adaro, se demoró algo más. Precisamente, al mes siguiente, el día 8 de Julio, se firma en la notaría de Don Miguel Molina y Terán, de Málaga, una escritura de constitución de sociedad entre Don Salvador Herrero y Puente y don Joaquín de Toro Martín, ambos vecinos de Málaga. El único fin de esta sociedad es “ejecutar las obras de nueva construcción de los edificios referidos que han de ser destinados a Iglesia Parroquial y a Escuelas en la Villa de Periana”. La compañía durará el periodo de tiempo que se invierta en la realización en las antedichas obras; en cuya sociedad el Don Salvador Herrero sólo ostentará el carácter de socio industrial y el Don Joaquín de Toro Martín el de socio capitalista, fijando como domicilio esta ciudad de Málaga.

La cláusula 3ª del contrato estipula que

El Don Joaquín de Toro vendrá obligado a ir facilitando, como tal socio capitalista, las cantidades que periódicamente se vayan necesitando para la ejecución y marcha de las referidas obras.

La cláusula 4ª habla del reparto de beneficios: al socio industrial le corresponde una tercera parte de los mismos y al socio capitalista dos terceras partes. Éste asume todas las pérdidas si las hubiese.
Las cláusulas 5ª y 6ª tratan de la administración del dinero: el Sr. Herrero tiene la obligación de justificar el uso de las cantidades recibidas del Sr. de Toro. También es obligación del Sr Herrero poner

a disposición del Don Joaquín de Toro todas cuantas cantidades que, por certificaciones de obra ejecutada, le sean entregadas por la Comisaría Regia.

Antes de este contrato el Sr. de Toro ya había entregado al Sr. Herrero el importe necesario para cubrir los obligados depósitos de garantía. Ascendía el de la iglesia a 3.200 ptas. y el de las escuelas a 1.000 ptas..
Una vez terminada la obra de la iglesia se colocó en el vestíbulo de la misma una lápida de mármol en la que se puede leer:

A LAS NUEVE DE LA NOCHE DEL DÍA DE LA
NATIVIDAD DE N. S. J., AÑO DE 1884, COMENZÓ
A ESTREMECERSE LA TIERRA DE GRANADA Y
MÁLAGA, EN ZONA DE 200 KILÓMETROS DE
LONGITUD Y 70 DE ANCHURA, CON SUS POBLACIONES.
ARRUINÁRONSE ALGUNAS. EN CASI TODAS
ELLAS SE DESPLOMARON EDIFICIOS, MURIERON
745 PERSONAS, 1263 PADECIERON DAÑO CORPORAL.
NADIE QUEDÓ LIBRE DE AMARGURA Y ESPANTO.
VINO AQUÍ PRESUROSO EL CARITATIVO Y ALENTADO
REY D. ALFONSO XII CUANDO EL AZOTE
DURABA TODAVÍA, CUANDO LA VENTISCA Y LA
NIEVE CERRABAN EL PASO AL CAMINANTE.
ENJUGÓ LÁGRIMAS, SOCORRIÓ AL POBRE,
FORTALECIÓ LOS ÁNIMOS. LLAMANDO EN SU
AYUDA A LA CARIDAD UNIVERSAL. PARA
REMEDIAR AQUELLA DESDICHA HABÍA INICIADO
YA UNA SUSCRIPCIÓN QUE EN LOS DOMINIOS
ESPAÑOLES PRODUJO 3.440.734 PESETAS
Y EN OTROS NOBLES PAÍSES 3.006.363.
MERCED A TAN EFICAZ AUXILIO 14.000 CASAS
FUERON CONSTRUIDAS O REPARADAS
PRONTAMENTE Y EN EL NUEVO BARRIO DEL
PUEBLO DE PERIANA SE ALZÓ ESTA
YGLESIA PARROQUIAL.
ORAD POR EL EXCELSO PRÍNCIPE QUE VIVIÓ
HACIENDO BIEN Y CUYA PREMATURA MUERTE
LLENÓ DE TRIBULACIÓN A ESPAÑA.

También el obispo de la diócesis colaboró construyendo un grupo de viviendas en la Quinta. El día 9 de Abril de 1886, “el Exmo. e Iltmo. Sr. Doctor Don Manuel Gómez de Salazar y Lucio Villegas, Misionero Apostólico, Caballero de la Gran Cruz de la Real Orden Americana de Isabel la Católica, del Consejo de Su Majestad y Obispo de esta Diócesis”, ante el notario de Málaga Don Enrique Ruiz de la Herrán, da poderes al cura de Periana, Don José Giménez Gamberos, para que compre a Don Manuel Núñez García una haza en el partido de la Quinta, que linda “por el Norte y Poniente con el Camino del Cortijo de las Cañadas, por Levante con casas de la expresada `población y por Sur con tierras de Don Antonio Bueno”. El precio pactado fue de 1.625 pesetas.
El pueblo se lo agradeció colocando en la plaza del barrio una lápida con una inscripción recordatoria.


MDCCCLXXXVI

DESTRUIDA CASI TOTALMENTE ESTA POBLACIÓN
POR EL TERRIBLE TERREMOTO DE LA NOCHE DEL
25 DE DICIEMBRE DE 1884, EL EXCMO. E ILTMO. Sr.
Dr. D. MANUEL GÓMEZ-SALAZAR Y LUCIO-VILLEGAS,
DIGNÍSIMO OBISPO DE LA DIÓCESIS, CONSTRUYÓ
ESTAS CASAS QUE DONÓ A LAS VÍCTIMAS DE AQUELLA
CATÁSTROFE, EMPLEANDO AL EFECTO CUANTO POSEÍA
Y LAS LIMOSNAS QUE POR SU CARIDAD Y CELO
APOSTÓLICO OBTUVO DE TODOS LOS PAÍSES CATÓLICOS

Sarcasmo de la vida: El día 14, once días antes del terremoto, el libro de actas del Ayuntamiento de Periana reseña la de la sesión celebrada ese día. Fue presidida por D. José Zorrilla y acudieron los concejales D. Diego Morales, D. Juan Morales, Don Antonio Caro, Don Rafael Núñez, Don Salvador García, Don José Toledo, Don Juan Toledo y Don José Molina. Veamos de qué trataron:

El Sr. Presidente dio cuenta a la Corporación de que por el concejal Don Juan Morales Caro se habían presentado las cuentas del gasto invertido en la composición de las dos fuentes de este pueblo y sus cañerías, ascendiendo a la cantidad de ciento cincuenta pesetas, así como también la cuenta del gasto asignado en la composición del gasto del empedrado de la calle de Jesús, en cuyas obras aparecen gastadas la suma de trescientas pesetas.

Sea este trabajo un modesto homenaje a las víctimas de aquella tragedia, que, desde entonces, ha estado y está viva en el sentir de los perianenses o perianeños, como a ellos les gusta llamarse..































































DOCUMENTOS QUE SE ACOMPAÑAN


1.- Réplicas del terremoto

2.- Iglesia y cuartel de la Guardia Civil

3.- Relación de donativos recibidos de España y del extranjero

4.- Mapa de distribución de ayudas

5.- Plano del nuevo barrio de La Lomilleja

6.- Planos de uno de los tipos de vivienda que se construyeron..

7- La iglesia nueva.

8- Vista de La Lomilleja. Fotografía de la casa Laurent en 1890





miércoles, 13 de mayo de 2009

HIMNO DE SAN ISIDRO

Para que lo cantéis pasado mañana


Gloria a ti, excelso Patrono,
que en Periana levantas
tu trono de amor.

Escucha hoy el clamor
del pueblo que te aclama
y te implora con gran fervor;
no desoigas la voz,
glorioso San Isidro,
y sé siempre su protector. (bis)

Para este pueblo de Periana,
que por patrono te eligió,
piden tus hijos, San Isidro,
tu poderosa protección.

Tú, que en la tierra fuiste ejemplo
de fe, trabajo y humildad,
haz que en la vida esas virtudes
sepan tus hijos imitar.

DATOS PARA UNA HISTORIA

B. PERIANA ISLÁMICA

Durante la época islámica estas tierras, dedicadas al pastoreo de grandes rebaños de ganado, pertenecían a Zalia, iqlim que abarcaba las actuales jurisdicciones de Zafarraya, Alfarnate, Alfarnatejo y Periana; es decir, desde el Puente de Don Manuel, antiguo Puente de Çalea, hasta los Alazores. Limitaba al norte con tierras de Alhama, incluyendo dentro de su territorio el llamado Campo de Zafarraya, hoy conocido como Llano de Zafarraya; al sur con tierras de Vélez; al este con tierras de Bentomiz y al oeste con las tierras de Comares.

¿Fue Periana, durante los años de la dominación árabe, una alquería?. Lo más probable es que fuera así, aunque carecemos de documentos que nos puedan dar una respuesta satisfactoria. Por el contrario, diversos autores nos recuerdan la existencia, como alquerías, de Mondrón, de Bilo y de Guaro, que fueron despobladas y vueltas a poblar. Todas perduran todavía como cortijadas de Periana. García de la Leña las nombra en su obra Conversaciones Históricas Malagueñas. Al hablar de Bilo hace mención a sus baños de aguas “hediondas”, a los que “por las virtudes de sus aguas se llamó la Fuente Santa”. Dice que

... a un quarto de Legua de la Puebla de Periana estuvo en el tiempo de los moros situado un Lugar llamado Bilo, ya oy despoblado, el que estaba existente al tiempo de la erección de este Obispado, y se conquistó quando Vélez Málaga en 1487.

Conviene recordar que los primeros datos que tenemos del Obispado de Málaga se remontan a los comienzos del siglo IV, cuando se reunió el Concilio de Illíberis, cuyas actas fueron firmadas por Patricio, Obispo de Málaga, por Felicísimo, presbítero de Teba, por León, presbítero de Ronda, y por Januario, presbítero de Alhaurín.

Cuando pensamos en estas alquerías nos surge una pregunta con una gran interrogación: ¿será alguna de ellas la patria de Omar ben Hafsum?. Cada vez se extiende más la teoría de que Omar ben Hafsum nació, de una familia muladí, en una alquería cercana a Auta y no a Parauta. Cercanas a Auta (Riogordo) están las tres alquerías citadas. Tenemos un dato histórico que podría avalar una respuesta afirmativa a esta pregunta: uno de los hechos de armas anteriores al encastilla-miento de Omar en los riscos de Bobastro fue su marcha sobre Archidona, durante mucho tiempo capital de la cora de Rayya; es decir, de Málaga. Dicen sus biógrafos que, cuando la oscuridad empezaba a adueñarse de su campamento, ordenó, sin comunicar a nadie el objetivo, que el ejército se pusiera en marcha, y que al amanecer llegó a Archidona. Desde las citadas alquería de Periana es factible ponerse en Archidona en una noche, máxime cuando en el camino no hay ninguna población importante, con ejército, que pudiera impedirles el paso, como sería el caso de otras zonas malagueñas. De las actividades de Omar por estas tierras también tenemos referencia cuando Ibn Idari nos dice que, ayudado por el mozárabe Ibn Bastana, luchó fieramente junto al río de Zalia contra Ibn Ahmed Abí-Abda, general de los ejércitos del emir Abdallah.

Si admitimos la posibilidad del nacimiento de Omar en tierras de Periana, hemos de admitir que Periana puede ser, consecuentemente, la patria del andalucismo.

Omar ben Hafsum fue el primero que habló y luchó por una Andalucía libre e independiente. Veamos algunos textos. Don Antonio S. Urbaneja, en su biografía de nuestro héroe, nos recuerda la proclama de Omar a sus seguidores, palabras tomadas del historiador cordobés Aben Adari:

Harto tiempo que sufrís el yugo de este gobierno que os maltrata, os despoja de vuestros bienes y os abruma con cargas superiores a vuestras fuerzas. Los extranjeros os humillan y os obligan a la servidumbre.

Yo me he levantado contra los tiranos para hacer justicia sobre ellos y sacaros de la esclavitud.
Mi patria es Andalucía. Mis padres están aquí. Mi esposa me aguarda en la cima de los montes. Para salvarme yo, para salvar a los míos, para salvarnos todos, necesito de todos vosotros.

Quiero expulsar a los invasores al otro lado del mar; tener ciudades, fortalezas, trono, ejército, autoridad de rey y no apariencia de salteador y cavernas de bandido.

Guillén Robles escribe, al comentar el bautizo de Omar:

Había pues llegado el momento de mostrar al mundo el pensamiento acariciado largos años entre el fragor de los combates y las intrigas revolucionarias; había pues llegado la hora de que resonaran los ecos de las regiones andaluzas con el grito de patria y religión, que durante mucho tiempo vagara por sus labios.

Durante los siglos restantes de la dominación árabe, las alquerías de Periana continuaron perteneciendo al distrito del castillo de Zalia y sus tierras alimentando grandes rebaños de ganado.

Su despoblamiento debió ocurrir paulatinamente a partir de la conquista de Antequera en 1410, debido a la falta de seguridad que sufrían las alquerías de esta zona a causa de la carencia de un ejército que las defendiese. Las razias de los cristianos deberían ser constantes; e insostenible el hostigamiento a que estaban sometidos los moros, sobre todo, a partir de la caída del castillo de Zalia.

La razón del abandono defensivo de estas tierras de la Axarquía pudo deberse a la concentración de fuerzas para frenar la entrada del ejército cristiano hacia la costa; primero en Zalia y Bentomiz y luego sólo en esta fortaleza. Los árabes sabían que su permanencia en Al Andalus terminaba si las tropas del rey Fernando conquistaban Vélez y Málaga.

El rey cristiano, una vez más, demostró sus dotes de estratega y, en 1487, no atacó Bentomiz, donde le esperaba el ejército enemigo, sino que entró por el Puerto del Sol: las tropas cristianas con su rey al frente descienden lentamente, atraviesan sin oposición las tierras abandonadas de Periana y se dirigen a Vélez. Parte del ejército tuvo que retrasar su marcha porque lo escarpado del terreno obligaba a abrir un camino por donde bajar el armamento pesado. Este camino es el origen de la tortuosa carretera actual Alfarnate-Periana.

También encontró expedito el paso por Zalia, que dos años antes, en septiembre de 1485, había sido conquistada por Don Gutierre de Padilla, Clavero de Calatrava y, a la sazón, alcaide de Alhama, con la ayuda de dos hermanos moros, hijos de una cautiva cristiana, que vivían dentro de la fortaleza. El profesor Chavarría Vargas nos recuerda este hecho cuando escribe:

También un manuscrito sobre los reyes nasries, escrito por un militar nazarí y editado por Bustani, atestigua que “en el mes de Ramadán del año 890 (septiembre, 1485) tuvo lugar la Conquista de Saliha, fortaleza de la Ajarquía de Vélez”.

Las tierras de Mondrón, de Vilo y de Periana continuaron perteneciendo a Zalia hasta la conquista de Vélez. Podemos decir que con la caída de Zalia terminó la época árabe de las tierras de Periana y dio comienzo su era cristiana.

DATOS PARA UNA HISTORIA

A. PERIANA PRIMITIVA

Las tierras de Periana fueron ya exploradas por los hombres prehistóricos. Por ellas pasaron y en ellas se asentaron: sus huellas han perdurado en el Cerro de la Capellanía, en el Cerro de Alcolea, en el Cortijo Las Palomas, en el cortijo de la Cueva, en la sierra de Marchamona y en otros varios lugares. El que más y mejor ha escrito sobre estos asentamientos es el profesor Ramos Muñoz, que tiene una diversa bibliografía sobre el tema.

No hay que olvidar que en las mismas lindes de su territorio, en la Cueva de Zafarraya, ha aparecido el cráneo más antiguo de la provincia de Málaga, el del llamado "hombre de Zafarraya" o también, como le llaman otros, "hombre de Alcaucín".

Aunque estos restos son del "hombre de Neardenthal", es decir, del Paleolítico Medio, no quiere decir que antes no hubiese servido esta zona de asentamiento humano. Algunos de los utensilios encontrados en los lugares arriba indicados pertenecen al Paleolítico Inferior.

De los tiempos anteriores a la dominación romana y posteriores al hombre prehistórico existen pocos datos. Algunos investigadores han encontrado materiales de los iberos. Pero se puede afirmar que es un periodo de la Historia prácticamente desconocido en estas tierras.

En el término municipal de Periana existen varios núcleos de población con nombre romano y no árabe. Son el caso de Mondrón, de Vilo y de Periana. Lo que nos lleva a pensar que antes de la expansión islámica en nuestras tierras ya hubo por aquí habitantes de lengua latina. ¿Romanos?. ¿Mozárabes?. Algún día los arqueólogos nos darán una respuesta.

Sean romanos o sean mozárabes, lo que sí es casi seguro es que contamos con tres poblados de este origen.

No se dispone de documentación para saber si los vestigios toponímicos existentes son romanos o si, por el contrario, nos encontramos con unos poblados mozárabes. Por lo que veremos más adelante es muy posible que fueran lo primero.

Francisco Javier Simonet, en su obra Descripción del Reino de Granada, basándose en textos de autores árabes y, principalmente, en los de Mohammed ebn Aljatahib, escribe: “Los geógrafos e historiadores árabes cuentan en la Amelía de Málaga los siguiente pueblos”. A continuación cita una serie de ellos y termina el párrafo así: “y Periana”. Algunos dirán: este Periana no es el actual municipio de Periana, sino la alquería que con igual nombre había junto a Torrox. El mismo Simonet nos saca de dudas en el párrafo siguiente: “Bilo y Mondrón, cerca de Periana”.

Las consideraciones anteriores nos llevan a la conclusión de que Vilo, Mondrón y Periana eran núcleos de población anteriores al siglo VIII o, al menos, al siglo XII.

Los datos expuestos rompen la doctrina, aceptada sin más, de los que afirman que Periana no existió hasta el siglo XVIII. El error de esta afirmación se ve descubierto en un documento de dicho siglo, en una Carta Ejecutoria de Carlos III. La memoria histórica de sus habitantes nos habla de una Periana anterior. En la exposición de razones de los perianenses para solicitar tierras que labrar dicen:

"... con la recelable contingencia de que se buelva a despoblar como en lo antiguo se despobló por falta de labranzas propias que sobstengan los vecinos".

sábado, 9 de mayo de 2009

ARRENDAMIENTO DEL CORTIJO ZAPATA EN 1706

En la ciudad de Vélez, a veynte y nuebe días del mes de septiembre de mill setezientos y seis años. Ante mí el presente escribano y testigos, D.ª Juana de Anaya Vélez y Mendoza, vezina de esta dicha ciudad, viuda mujer que fue de Don Francisco Navarro y Nogales, vecino y rexidor que fue de ella, otorgó que da en arrendamiento a Diego Martín de Lisbona, vecino de la Puebla de Alfarnate, questá presente, vn cortijo y tierras de pan sembrar que tiene en las Rozas Altas de esta ciudad, que llaman el cortijo de Zapata; linde con cortijo de los herederos de Don Juan Manso Maldonado, Don Ignacio de Villanueva, Don Bartolomé de Anaya y otros; por tiempo de quatro años, que an de empezar a correr y contarse desde el día de Nuestra Señora de Agosto del año que biene de setezientos y siete; y en precio de renta rentada en cada uno de ellos de cuarenta fanegas de trigo y quatro de zeuada, que a de ser obligado a apagar a la otorgante o a quien por ella fuere parte por los días de Nuestra Señora de Agosto de cada uno de los dichos quatro años; que la primera paga a de hazer para el día de Nuestra Señora de Agosto del año que biene de mill setezientos y ocho; y segunda, el de setezientos y nuebe; terzera setezientos y diez; la quarta y última el de setezientos y onze, que es quando cumple este arrendamiento, durante el qual a de ser obligado a guardar y cumplir las condiziones siguientes:
Lo primero, es condizión que ha de tener el dicho cortijo bien labrado y cultiuado de todas las labores de que nezesitare, sembrando y cojiendo a tiempo y a tres ojas yguales; todo a ley de buen labrador; y, en su defecto, los daños que se siguieren an de ser de quenta y riezgo del dicho labrador.
Otrosí, es condizión que en los quatro años de este arrendamiento no a de poder sembrar de restrojo ninguna de las ojas de dicho cortijo, sino tan solamente vn cahíz de zebada u otras semillas para ayuda a la labor de dicho cortijo; y, si sembrare más de dicho cahíz, a de pagar la renta correspendiente.
Ítem, es condizión que, durante el tiempo de este arrendamiento, el dicho Diego Martín no a de poder pedir esterelidad alguna por ninguno de los cassos suzedidos o que nuebamente suzedieren en que la pueda pedir, porque sobre ello no se a de oír en juicio ni fuera dél; y sin enbargo de yntentarlo a de pagar la renta por entero.
Ítem, es condizión que, cumplido este arrendamiento, el dicho Diego Martín a de ser obligado a dejar en las cassas de dicho cortijo seis carretadas de paja, que a de rezeuir de Joseph de Alba, labrador que de presente está en él, para entregarlas al labrador que le suzediere, para ayuda a las labores de dicho cortijo; y, si las cassas dél no fueren capazes para ello, an de quedar las seis carretadas de paja a elezión de la otorgante; y a su entrego le a de poder apremiar en virtud de esta escriptura.
Con las quales dichas condiziones le arrienda el dicho cortijo y se obliga a que durante el tiempo de este arrendamiento le será cierto y seguro y no quitado, pedido ni demandado por ninguna persona; y, en su defecto, le pagará todos los daños, pérdidas, yntereses y menoscabos que sobre ello se le siguieren y recrezieren, porque quiere se le execute y apremie en virtud de esta escriptura y el juramento del dicho Diego Martín o de quien por él fuere parte; en el qual lo deja y queda diferido, dizisorio, sin otra prueba, citazión ni aberiguación alguna, aunque de derecho se requiera, de que le releua. La paga consigna en esta ciudad, con las costas.
Azeptación
Y, estando presente a lo contenido en esta escriptura, el dicho Diego Martín de Lisbona otorga que la azepta en todo y por todo y reziue en dicho arrendamiento, de la dicha D.ª Juana de Anaya, el dicho cortijo y tierras de suso declarado y deslindado; por el dicho tiempo de los dichos quatro años, que an de empezar a correr y contarse desde el día de Nuestra Señora de Agosto del año que biene de setecientos y siete; y en precio de renta rentada en cada vno de ellos de las dichas cuarenta fanegas de trigo y quatro de zeuada, que se obliga a pagar a la susodicha o a quien por ella fuere parte por los días de Nuestra Señora de Agosto de cada año; que la primera paga hará por el día de Nuestra Señora de Agosto del año que biene de mill setezientos y ocho; y así las demás en los años siguientes, hasta ser cumplido este arrendamiento; puestas y pagadas en la era de dicho cortijo, donde consigna la paga, con las costas de su cobranza. Y asimismo se obliga a guardar y cumplir las condiziones contenidas en esta escriptura, que da aquí por expresadas por aber sido presente a ellas. Y a la obseruanzia y cumplimiento de esta escriptura, cada parte por lo que le toca, obligaron: la dicha D.ª Juana de Anaya sus vienes y rentas y el dicho Diego Martín su persona y vienes auidos y por aber. Dan poder cumplido a las justizias y juezes de S. M. para que a ello les apremien como por sentenzia pasada en cosa juzgada. Renunziaron las leyes, fueros y derechos de su fauor y la que prohíue la general renunziazión de ella. Y la dicha D.ª Juana de Anaya renunzió las leyes de los emperadores Justiniano Beleyano senatus consultus, nuebas constituziones, leyes de Toro, Madrid y partida, fauorables a las mugeres, de cuyo efecto fue sauidora por el presente escriuano y como tal las renunzió, de que doy fe. Y así lo dijeron y otorgaron, siendo testigos Don Melchor Nauarro y Nogales, rexidor de esta ciudad, Don Joseph López Trasierra y Don Pedro de Ortega, vezinos de Vélez. Y lo firmaron los otorgantes, a quien yo el escriuano doy fee que conozco.

= D.ª Juana de Anaia
= Diego Martín
= Ante mí Luís de Ortega Vozmediano
sin derechos

viernes, 8 de mayo de 2009

BAÑOS DE VILO. ¿QUIÉN ES EL DUEÑO?

Al invencible escollo de la inexistencia de caminos se unía otro de los graves problemas de que adoleció siempre el funcionamiento de los Baños: la indefinición de la propiedad. Como eran públicos, eran de todos y, por consiguiente, de nadie.

“¿Quién es el dueño del balneario?”. La pregunta parece no tiene respuesta y la consecuencia lógica a esta falta de respuesta nos la da el profesor Don Juan Antonio Rodríguez-Sánchez en su bien documentada obra “Historia de los Balnearios de la Provincia de Málaga”:

Del baño al balneario
Pero si bien tardará mucho en crearse la plaza de médico-director (y cuando lo haga será con carácter interino, lo que va a motivar el escaso y equívoco conocimiento de las aguas), serán los conflictos en torno a la propiedad los que originen el desinterés, la consecuente ruina de las instalaciones y el rechazo del lugar por parte de cualquier agüista que económicamente pueda aspirar a mejor tratamiento, terapéutico y social. Es una situación que provoca las continuas quejas de los médicos que se ocupan del establecimiento”.

El primer asalto conocido a la propiedad del balneario lo conocemos por el Libros de Actas del Ayuntamiento de Periana. Ya en las de los día 6 y 11 de Julio de 1839 tenemos un ejemplo de esta disputa por la propiedad. Veamos un resumen de lo ocurrido:

El Pleno del Ayuntamiento Constitucional de Periana estaba compuesto por los siguientes señores:
- Alcalde Primero Constitucional: Don Pablo de Chica.
- Alcalde Segundo: Don Diego Jaime.
- Regidores: Don Vicente Bueno, Don José García, Don Juan Moreno, Don Joaquín Moreno, Don Manuel García y Don Isidro Morales.
- Caballero Síndico: Don Francisco Vázquez.
Actúa de Secretario Don Juan de Frías.

El Sr. Vázquez da cuenta de que han llegado a sus oídos ciertas noticias inquietantes sobre “el establecimiento de baños minerales de este término nombrados de Bilo”. Las noticias son que el encargado del mismo, Don José Zamora, intentaba quedarse con la propiedad y “se había impuesto cierta pensión pecuniaria al público”. Argumenta que el balneario es público porque fue construido con dinero público, como consta en la frontada del edificio, que dice así : “Esta obra se hizo por disposición y celo del Sr. D. Juan Ruiz Marín, Corregidor del Partido, a que contribuyeron varios pueblos del mismo y cooperó el Iltre. Ayuntamiento de Vélez = Año de 1828”. También recuerda la disputa que hubo entre D. José Bolaños y el Zamora sobre la propiedad del arroyo donde se halla el manantial, por estar en la linde divisoria de uno y otro, ambos se convinieron verbal y amistosamente en cederlos a beneficio del público, consintiendo el que éste edificase.

Después de deliberar sobre el asunto deciden que, por estar en plena temporada de baños, hay que tomar una medida drástica que no perjudique a los bañistas y lo deje zanjado de una vez por todas. Se nombra una comisión que se traslade a los Baños y, sin más, le retire las llaves al Sr. Zamora, al mismo tiempo que se nombra otra persona para sustituirle. Persona que se “encargue en la custodia y aseo del establecimiento, como también del servicio del público, sin exigir más retribución que la que voluntariamente le den”.

El Ayuntamiento de Periana, aprovechando que el tema del día es el de los Baños de Vilo, acuerda dirigirse a la Diputación Provincial y al Sr. Jefe Político pidiéndole ayuda “para la reedificación y conservación de los baños”. También acordaron enviar en el mismo escrito una solicitud “para obrar un edificio o casa en donde puedan recogerse los pobres de solemnidad”. Para esta obra Don José Bolaños había ofrecido “de su terreno el que sea necesario”.

Los datos anteriores son del acta del día 6 de Julio. Cinco días después se traslada a los Baños la comisión. Está formada por “el Sr. D. Pablo de Chica, Alcalde Primero constitucional, acompañado de los Sres. D. Vicente Bueno, D. José García, D. Isidro Morales y de mí el Secretario”. Éste levanta acta del texto anteriormente expuesto de la lápida de la frontada del edificio y de lo actuado. A continuación se trasladan a la vivienda particular del Sr. Zamora, que se encontraba en su molino harinero “nombrado del Príncipe”. Una vez retiradas las llaves al hasta ahora encargado “fueron confiadas, por vía de ínterim, a Salvador Zamora, vecino de Alfarnate, y a Bernarda Martín, de esta vecindad”. Se les advierte sobre sus obligaciones, éstos se dan por enterados “y quedando fenecida esta diligencia que firmaron los que saben de dichos Sres, de que certifico = Chica = Morales = Juan de Frías”.

En el año 1860 el director aquella temporada, Dr. Marín Yébenes, dice:

...pues los Baños de las Rozas o Vilo, eficacísimos y muy favorecidos por la Naturaleza, se encuentran abandonados ... y este deplorable abandono reconoce por causa principal el no tener dueño que los mejore.

Al año siguiente, el mismo doctor nos habla de un dueño de Periana. Éste es el único dato encontrado sobre el particular. Desconocemos quién pudo haber sido este señor y qué razones alegaba para su posesión. También nos habla de una tardía reivindicación de la propiedad por parte del Ayuntamiento de Vélez.

El dueño de estos baños era un vecino de la Puebla de Periana. Habiendo fallecido y legado a la viuda los baños, parece ser que no tenía derecho a ellos y, por consiguiente, ni la viuda tampoco.

La ciudad de Vélez disputa por la propiedad cuanto costeó las obras que hoy existen y porque ejerce un señorío de ser suyas todas las aguas que nacen en aquella comarca, señorío que data del tiempo de la conquista de Granada, Málaga, de cuando se expulsó la morisma. En fin, yo sé que el Excmo. Gobernador de la Provincia ha instruido el debido expediente sobre este punto y que aún no se ha resuelto.

Me atrevería a rogar al Gobierno de S.M. la Reina (Q.D.G.) tomase alguna determinación en este importante asunto, porque de él pende en mucha parte la suerte que le está reservada a los Baños de Vilo o Rozas. Hoy no sé quién es el dueño de los baños y mal podré entenderme con quien no conozco. Y digo esto porque urge hacer mejoras necesarias en dichos baños, mejoras que están en la obligación de hacer los dueños de baños minerales, con arreglo a la Ley, etc..

Otro intento lo protagoniza el Ayuntamiento de Vélez, en disputa con el Ayuntamiento de Periana. Los veleños aducen que la ciudad de Vélez, desde la conquista, tiene señorío sobre todas las aguas que nacen en la comarca y, además, ha costeado todas las obras ejecutadas en los mismos; Periana se defiende argumentando que todo eso es verdad, pero que la independencia del municipio en 1761 lleva pareja la propiedad de todos los bienes públicos. Este contencioso se solventó con la intervención del Gobierno de la Provincia en el año 1866, que concedió a Periana el derecho de propiedad. Así consta en el libro de actas municipales del Ayuntamiento de Periana de fechas 24 de Enero y 2 de Febrero del citado año. Este último día se trasladan a los Baños todos los miembros de la corporación municipal. Una vez allí, toman posesión de los mismos oficialmente, los inventarian y el señor alcalde pedáneo de los Baños de Vilo, Don Juan Manuel Toledo Lagos, recoge las llaves de los mismos. Aunque parezca mentira, no terminan aquí los problemas de propiedad.

Nuevo intento es el del conde de Catres en 1867. En la memoria de dicho año se autodefine como propietario, sin aducir ningún derecho ni documento que lo avalen.

La memoria médica de este año empieza con unas palabras que nos vuelven a desconcertar. Dicen así:

Memoria descriptiva de los baños de Vilo y Rosas sitos en término de Periana, partido judicial del Colmenar, provª. de Málaga, propios del Exmo. Sor. D. Manuel Cabeza de Baca y Morales, Conde de Catres y Visconde de Valverde.
Si el año 1861, como decía el Dr. Marín, había abierto un expediente sobre la disputa de la propiedad del balneario entre Vélez-Málaga y Periana y, el día 24 de Enero de 1866, el Gobierno de la Provincia dictamina en dicho pleito dándole la propiedad a Periana, ¿cuándo y cómo lo compró el conde de Catres?.

Todavía no han terminado los asaltos a la propiedad: el 21 de Junio de 1877 hubo otro y éste, por los documentos consultados, parece que fue victorioso. En el protocolo del notario de Málaga Don Eduardo Ruiz de la Herrán del citado año, legajo 5351 del Archivo Histórico Provincial de Málaga, figura una escritura de compraventa. Por considerar que es de suma importancia su contenido es por lo que hacemos un amplio resumen de la misma. Dejamos al lector que la interprete como le plazca; nosotros nos vamos a formular algunas preguntas: ¿ Cómo y cuándo Rafael Zamora Ruiz, primo del actual propietario, consiguió la propiedad del balneario?. ¿ Qué Ayuntamiento se lo vendió, o se lo cedió, o le consintió la apropiación?. ¿Cómo es que Rafael Zamora Moreno lo compra sin documentos?.

Resumen de la escritura

Fecha: En Málaga a 21.06.1877

Vendedor: Don Rafael Zamora Moreno, labrador, vecino de los Baños de Vilo.

Comprador: D. Antonio Álvarez y Sánchez, médico, vecino de Málaga. director médico en la temporada de 1875.

Objeto de la compra-venta: Dos inmuebles situados en los Baños de Vilo.
a. Un pedazo de tierra inculto cercado. Linda por el N con tierras de D. José Martos Pérez, por el E con casa nombrada del Apostolado y con Juan Manuel Toledo Lagos, por el S con Antonio Moreno Martín, por el O con el Cerrejón de los Baños.
Extensión: 18 áreas, 15 centiáreas y 6.779 centímetros cuadrados (1.840 m. cuadrados).
Dentro de la cerca se encuentran dos albercas de aguas minerales y “un departamento contiguo a ellas con varias oficinas para tomar los baños templados”. Su superficie es de 123,751 metros cuadrados.
b. Una casa ermita, compuesta de un solo cuerpo.
Se encuentra situada “sobre un molino harinero de la pertenencia de Rafael Zamora Ruiz”.
Extensión: 20,875 metros cuadrados.
El molino sobre el cual se halla la ermita linda por el N con casa de Rafael Zamora Ruiz, por el S con otro molino del mismo dueño, por el E con casas de varios dueños y por el O con casa de Juan Manuel Toledo Lagos.

Dominio de los dos predios: Según D. Rafael Zamora Moreno los adquirió

“en el año pasado de 1.869 de los herederos de Dª. María Luque Santana, que lo son María, Antonio, Francisco, Nicolás y José Zamora Luque, y, careciendo de título escrito con que acreditar su dominio, ha instruido expediente posesorio en el Juzgado Municipal de Periana, el cual, aprobado en forma, se presentó en
el Registro de la Propiedad del Colmenar para su inscripción, lo que tuvo efecto en el tomo ciento sesenta y ocho, libro veinticinco del Ayuntamiento de Periana, folios 174 y 179”

Precio: 2.081 pesetas.

Cláusulas: 1ª. El Sr. Zamora Moreno o sus herederos tienen derecho de retrotracción, por el mismo precio recibido, hasta el día 30 de Septiembre de 1.880.
2ª. El Dr. Álvarez entrega los dos predios en arrendamiento al Sr. Zamora Moreno hasta el 30 de Septiembre de 1.880, en la cantidad de 312 pesetas anuales, en dinero metálico de oro o plata y nunca en papel, pagaderas el último día de septiembre de cada año.

En el año 1886 es nombrado director del balneario el Dr. D. Miguel González Gosálvez, que permaneció tres temporadas en el cargo. Este doctor, como su predecesor, también tenía vocación de empresario y aparece como propietario de los mismos en 1887.

Parece ser que el Dr. González se desprende del balneario en el año 1896, en el que se lo vende a D. Emilio de San Martín y Villa como hemos visto en la memoria de este año.

La propiedad del balneario ha continuado perteneciendo a la familia San Martín hasta hace pocos años, en que lo ha comprado el Ayuntamiento de Periana. Éste ha construido en el solar un conjunto de apartamentos, más para uso de turismo rural que para fonda de balneario.

Con esto terminamos la historia de los Baños de Vilo, la historia de lo que pudo haber sido un gran balneario y no fue por culpa de las autoridades nacionales y provinciales, que tenían abandonada la zona de Periana, donde ni siquiera había caminos; por culpa de la desidia del Ayuntamiento de Periana, que olvidó sus obligaciones de administrador de un bien común; y, por último, también, como consecuencia de lo anterior, del ansia de rapiña de algunas de las personas que estuvieron encargadas de su mantenimiento.

Deseemos a los Baños de Vilo, en su vuelta a la propiedad pública, un venturoso resurgir en el tiempo venturo.